domingo, 18 de diciembre de 2016

Cocina tradicional mexicana: Antiguo Mesón Monte Cristo

A menudo la gente me pregunta acerca de un buen restaurante mexicano al que llevar a sus amigos extranjeros que vienen a descubrir la increíble gastronomía mexicana, lo primero que les digo es que desayunen un domingo en un puesto de tacos de barbacoa, que recorran con ellos un tianguis y prueben las frutas que ofrecen los vendedores, todavía recuerdo ese primer mango -dulcísimo hasta las estrellas y volver- que probé en México, que visiten una taquería de esas en las que te comes los tacos parado y de fondo se escucha como hilo musical el toc-toc-toc del cuchillo que golpea una y otra vez la tabla de corte... Y es que, la gastronomía mexicana es mucho más que comida, la gastronomía mexicana son las personas y eso no se puede encerrar en un restaurante.

Una vez dicho esto, si estamos buscando un restaurante para probar cocina tradicional mexicana debemos tener en cuenta el Mesón Montecristo. Su carta supone un reencuentro con los sabores mexicanos más tradicionales en un local precioso y con un servicio exquisito que te recomienda como un amigo y te trata como un señor.

Comenzamos con una ración generosa de tuétanos que resultaron llenos de sabor, sin necesidad de añadirle ninguna salsa que enmascare lo que a mí me parece un bocado tan exquisito como el foie. 


Tras ello llegaron los sopes de pato, que habían sido muy recomendados, no hubo fallo. Lo mejor fue llegar a doña Juanita que prepara las salsas en este lugar desde hace años con su carrito lleno de ingredientes (hay un video de la preparación al final del post). En un minuto con gran habilidad nos preparó una de las mejores salsas que he probado en México.



El último entrante fueron los buñuelos de flor de calabaza una delicia decadente en la que la flor de calabaza aparece totalmente rebozada. Aunque me gustó mucho, no resultó sobresaliente, como el resto de los platos hasta ahora, y lo peor, la fritura hizo que perdiera un espacio considerable de mi estomago que podría haber usado para algún otro platillo.


Los platos fuertes fueron para un atún al mezcal y el cordero al vapor. El cordero, de nuevo una recomendación del camarero fue todo un acierto. Carne tierna, sabrosa que supuso una serie de tacos inolvidables. El atún resultó prescindible, le faltaba sabor, probablemente falló el producto. 




Como postre optamos por una refrescante tarta de guanábana y unos mezcalitos que nos ayudaran a digerir semejante francachela. El precio de la comida que fue acompañada de diferentes cocteles, mezcales y cafés fue de 540 MXN por persona (fue una mesa de 3) más propina. 

El Mesón Monte Cristo superó mis expectativas: platos de una extraordinaria calidad, un servicio impecable y unos precios más que correctos que elevan la relación calidad-precio de este lugar hasta las nubes. Sin duda, un lugar excelente para probar la cocina mexicana con un buen servicio.



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